Esta es una película que abarca el género fantástico y las artes marciales. A día de hoy y como suele ser habitual, esta película no ha llegado a nuestras salas de cine y quien sabe si lo hará. Aquí les dejo una escena.
Suena el timbre y abro la puerta de mi rincón. Bienvenid@. Pasa por favor. Aqui estamos, dispuestos a pasar un buen rato. Ese rato que necesitamos a menudo. Despues del trabajo o los quehaceres diarios. Un lugar para leer o escribir un relato de lo que tu quieras, para comentar una anecdota, para contar la noticia del día, en general para relajarte, oir un poco de música y tomar un buen té. ¿te apetece?
lunes, 26 de diciembre de 2011
sábado, 17 de diciembre de 2011
Una noche especial (Tercer y última Parte)
Cogió a Silvia de la mano y sin prisas se dirigieron al escritorio de Marcos. Las sonrisas y la emoción de ambos les acompañaron por el pasillo. Una vez allí, con la llave del cofre Marcos abrió la gaveta y sacó un sobre. El sobre era blanco y no tenía ningún tipo de impresión o escritura. Se lo entregó a Silvia, que en pocos segundos lo abrió y.... ....sus ojos se humedecieron. De ellos emanaron unas lágrimas que poco a poco descendían por sus mejillas. A continuación un leve sollozo.
Silvia tenía en sus manos una foto. Era de su abuela, a quien quería con locura. Se les veía a las dos juntas y sonrientes. Una instantanea de hacía ya mucho tiempo, justo antes de fallecer.
Su abuela se llamaba Pilar. Su vida no fue fácil, pues recibió una educación estricta por parte de sus padres, que siempre lucharon para mantener el estatus social de la familia. Tampoco tuvo suerte en el amor, hasta que un día se enamoró de Luis, un militar que siempre se fijó en ella, siendo rechazado en varias ocasiones, algo que un día Pilar cambió. La relación entre abuela y nieta fue siempre próspera. Pilar veía en su nieta su segunda juventud y Silvia encontró en su abuela una amistad basada en la confianza, comprensión y una fuente de experiencia muy valiosa.
Silvia le contaba esas confidencias que sólo se hablan entre amigas, como la de que un día un chico se le quedó mirando, no sólo un día sino en otras ocasiones y que más tarde se conocieron en un acto social. Ella no estaba en un momento propicio para entablar una relación, pero se dió cuenta más tarde de que él si se había fijado en ella. Su abuela le decía entonces que no desesperara, porque un día se enamoraría de un chico. Quizás ese amor no sería como el de las películas, ni como el de los cuentos. Puede que él tampoco fuera un hombre fuerte o apuesto, pero aun así se enamoraría de él por razones que en aquel momento Silvia no podía entender. Así fue como le pasó a su abuela, quien después de haber estado con algunos hombres equivocados, encontró la magia en el hombre al que tantas veces había rechazado. En uno que llenó su vida de atención, ternura, ilusión, cariño..... y que siempre antepuso la felicidad de Pilar antes que la suya propia.
.....justo lo que ahora le estaba dando Marcos. Silvia lo miró aun con lágrimas en los ojos y con una voz desgastada por la emoción le dijo Gracias. Marcos la rodeó cálidamente con sus brazos. En ese momento Silvia le preguntó: ¿Donde has conseguido la foto?, a lo que Marcos le respondió: Recuerdo que hace años, la primera vez conocí a tu abuela, ella me enseñó esta foto. Más tarde, en otra visita, nos sentamos en su salón y en un momento en el que tu te ausentaste, me enseñó la foto y me dijo: Marcos, parece que quieres mucho a mi nieta. Toma esta foto y cuídala exactamente igual que cuidas a Silvia. El día que decidas hacerle un regalo, dale esta foto. Si ves que llora....significa entonces que habrá encontrado el amor de su vida.
Silvia tenía en sus manos una foto. Era de su abuela, a quien quería con locura. Se les veía a las dos juntas y sonrientes. Una instantanea de hacía ya mucho tiempo, justo antes de fallecer.
Su abuela se llamaba Pilar. Su vida no fue fácil, pues recibió una educación estricta por parte de sus padres, que siempre lucharon para mantener el estatus social de la familia. Tampoco tuvo suerte en el amor, hasta que un día se enamoró de Luis, un militar que siempre se fijó en ella, siendo rechazado en varias ocasiones, algo que un día Pilar cambió. La relación entre abuela y nieta fue siempre próspera. Pilar veía en su nieta su segunda juventud y Silvia encontró en su abuela una amistad basada en la confianza, comprensión y una fuente de experiencia muy valiosa.
Silvia le contaba esas confidencias que sólo se hablan entre amigas, como la de que un día un chico se le quedó mirando, no sólo un día sino en otras ocasiones y que más tarde se conocieron en un acto social. Ella no estaba en un momento propicio para entablar una relación, pero se dió cuenta más tarde de que él si se había fijado en ella. Su abuela le decía entonces que no desesperara, porque un día se enamoraría de un chico. Quizás ese amor no sería como el de las películas, ni como el de los cuentos. Puede que él tampoco fuera un hombre fuerte o apuesto, pero aun así se enamoraría de él por razones que en aquel momento Silvia no podía entender. Así fue como le pasó a su abuela, quien después de haber estado con algunos hombres equivocados, encontró la magia en el hombre al que tantas veces había rechazado. En uno que llenó su vida de atención, ternura, ilusión, cariño..... y que siempre antepuso la felicidad de Pilar antes que la suya propia.
.....justo lo que ahora le estaba dando Marcos. Silvia lo miró aun con lágrimas en los ojos y con una voz desgastada por la emoción le dijo Gracias. Marcos la rodeó cálidamente con sus brazos. En ese momento Silvia le preguntó: ¿Donde has conseguido la foto?, a lo que Marcos le respondió: Recuerdo que hace años, la primera vez conocí a tu abuela, ella me enseñó esta foto. Más tarde, en otra visita, nos sentamos en su salón y en un momento en el que tu te ausentaste, me enseñó la foto y me dijo: Marcos, parece que quieres mucho a mi nieta. Toma esta foto y cuídala exactamente igual que cuidas a Silvia. El día que decidas hacerle un regalo, dale esta foto. Si ves que llora....significa entonces que habrá encontrado el amor de su vida.
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