miércoles, 28 de agosto de 2013

Agridulce

¿Alguna vez has deseado hacer o decir algo a alguien, pero al mismo tiempo has pensado que no era el momento para ello? Si la respuesta es si, es posible que hayas experimentado una forma distinta de sentir el significado de "agridulce".

Este término tal como lo lees, te puede llevar mentalmente a la famosa salsa agridulce que originariamente proviene de China, pero hoy no me referiré a ella. Hoy escribo sobre una "sensación", aunque esta palabra no es correcta del todo, porque este "agridulce" no se puede percibir por los sentidos. Es algo más profundo.

Una noche mientras estaba en casa, tecleaba con alguien a través de internet. Era una de esas noches de verano en las que el calor está presente y puedes abrir la ventana para que entre algo de fresco en la habitación. Poco a poco la noche fue avanzando entre líneas y párrafos de conversación, al igual que hacen los trenes que, al circular por la vía férrea, van dejando atrás cientos de traviesas paralelas. No era la primera vez que nos escribíamos. Las primeras veces fueron pausadas en el tiempo y sin un hábito establecido. Incluso en una ocasión pasó más de una semana. Después de eso conectamos de nuevo y fue en ese punto en el que comenzamos a saber un poco más de ambos. Con tímida regularidad intercambiábamos consonantes y vocales, que formaban ideas, reflexiones, confusión, sonrisas y....muchas cosas más, que hacían de esas noches unos momentos agradables que cada uno se llevaba consigo al apagar el ordenador o el móvil. Así fue como llegamos a una noche, que si bien nunca eran iguales a la anteriores, si que me llevaría a escribir lo que en este momento estás leyendo.

No recuerdo que hora sería, pero si se que en mi pantalla y teclado había una cierta emoción por saber un poco más de Ella. De una manera discreta pero con un estilo muy personal, sus comentarios escritos en mi pantalla fueron creando una especie de aura, como un campo de energía que me tenía sentado en mi cómoda butaca y que a excepción de algunos breves segundos, mis ojos no recordaban ese movimiento tan característico llamado...pestañeo. Era curioso leer sus comentarios y sus respuestas ante los míos. También sus bromas, que en mi mente eran como un gesto lleno de "travesuras" buscando mi reacción y como no,...la encontraba. Aunque quizás no como Ella esperaba...o si. Ver como ella traducía su risa al idioma de internet con su "jajaja", hacía que el campo de energía se intensificase.

Una ligera subida de tensión en el aura provocó un asombroso e inesperado acontecimiento. Justo delante de mi, a la izquierda del teclado apareció una imagen, algo así como un holograma digital. Me sorprendió comprobar que era yo, pero vestido con un elegante traje y cuya apariencia estaba a punto de extasiar a todas las vocales y consonantes de mi teclado (entiéndase que estaba en trance...la realidad es bien distinta.). A la derecha del teclado otro holograma apareció también con mi imagen, pero esta vez vestido como un auténtico Guerrero de Xian, que tan sólo con su mirada y su rango daba caza a la razón, poniendo las ideas en claro orden y concierto. El "yo" de la izquierda me dijo: Sabes muy bien que a Ella le gustaría saber eso que aprecias desde hace muchos días, así que no pienses....hazlo. El yo de la derecha replicó: También sabes lo que pasará si lo haces, pues cada cosa tiene su momento y este no lo es...piensa.

Mientras ellos discutían, ahí estaba yo, tecleando con Ella y sopesando si se lo decía o no, si le expresaba eso que tanto me gusta o la dejaba con sus propias sensaciones, esas que no me cuenta, bien porque no existen o porque también tiene en la pantalla de su móvil dos hologramas femeninos y sensuales que le guían correctamente, o no, en cada momento. Ahí estaba esa nueva sensación "Agridulce", la que se mezcla para complicar los más sencillos momentos, la que te aporta seguridad e inseguridad,  la que te deleita con su dulzura y la que te contradice con su acidez...

¿La has sentido así alguna vez? Si tu respuesta es no....quizás sea porque te falta una experiencia por vivir, o porque aún no has tenido la motivación de descubrirla.... a "Ella".


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